Según el propio Westerman, ese héroe al que alude el título de su álbum de debut, no es otro el recientemente fallecido Mark Hollis. Con esa afirmación, ya nos da una pista de por donde van los tiros en su en este trabajo. Pero la cosa no es tan evidente. Sí, hay pequeños retazos de los últimos Talk Talk, esos que prácticamente inventaron la etiqueta post-rock, pero no es ni de largo la influencia principal. Aunque sí es cierto que nos quedamos en esos ochenta sofisticados, algo sintéticos, y bastante reposados. 

Se ha mencionado mucho a The Blue Nile por la elegancia que destilan las canciones de “Your Hero Is Not Dead”, pero también es una influencia cogida con pinzas. Y quizá, eso es lo bueno de este trabajo, que ha logrado fusionar muchas referencias muy reconocibles, pero hacer algo distinto con ellas. Eso sí, hay canciones en las que sí resulta más reconocible la influencia de los creadores de ‘Tinseltown in the Rain’. Ahí está la sintética ‘The Line’, que desprende una emoción algo contenida. O las elegantes ‘Waiting On Desing’, ‘Easy Money’ y ‘Blue Comanche’, que se meten de lleno en ese soft-pop tan característico de esa época. 

Una de las cosas que hace de este disco algo especial, es su variedad. El británico no tiene ningún problema en salirse de vez en cuando de su faceta más reposada y meterse por caminos más cercanos al synth-pop. Todo un acierto, porque tanto ‘Think I’ll Stay’, como ese éxito llamado ‘Confirmation (SSBD)’, el cual ha sido renovado para la ocasión, son de lo mejor del disco. De hecho, resulta extraño que, con lo que le gustan los remixes, no haya ninguno para estas dos canciones. Son carne de cañón para la pista de baile. 

Y para seguir con la variedad, también saca a relucir una faceta más folk. La muestra nada más empezar, en la curiosa ‘Drawbridge’ que abre el disco. Pero también en ‘Dream Appropriate’ y ‘Float Over’, dos pequeños interludios donde la guitarra se convierte en protagonista. Y si nos vamos a la electrónica ‘Paper Dogs’, podemos comprobar que el nombre de Sufjan Stevens también asoma por aquí. Eso sí, para terminar, nada como volver a ese soft-pop que tan bien se le da en el corte que da título al álbum. Quizá, la canción que más recuerda a esos Talk Talk que tanto le gustan.