Poco a poco, hemos ido viendo crecer a El Último Vecino y comprobando que, con cada nuevo concierto en la capital, va aumentando de público. Algo que se hizo evidente la noche del viernes pasado, en la que colgaron el cartel de todo vendido en un Ochoymedio rendido a sus pies. Es más, pudimos comprobar que ya cuentan con una buena troupe de seguidores, de esos que se saben de memoria todas y cada una de sus canciones. Y sí, ya hemos dicho alguna vez que El Último Vecino se merecen estar en la primera división de bandas independientes nacionales, pero lo repetimos una vez más. Además, esta vez con la prueba reciente de su baño de masas en Madrid.

Para ser justos, hay que decir que, el único atractivo de la noche no era la banda de Barcelona, fuimos muchos los que también teníamos ganas de ver a la nueva sensación del pop electrónico patrio. Hace ya unos meses que Putochinomaricón está en boca de muchos, y no nos extraña en absoluto. Sus canciones, llenas de ironía y mala leche, son de las que se pegan al instante, y es casi imposible no quedarse con ellas grabadas en la cabeza. El proyecto de Chenta Tsai, un joven de 26 años, de origen chino, pero criado en Madrid, respira ingenio desde el minuto uno, y su habilidad para criticar el racismo, la homofobia y a la gente de mierda, desde el mundo del pop, es maravillosa. Además, dio igual que su espectáculo apenas durara veinte minutos y que hiciera un playback de lo más descarado. Sus conciertos son otra cosa, una interacción con el público, en la que, micrófono en mano, va desgranando sus hits y animando a los presentes a bailar y cantar con él. Algo que resulta bastante fácil con canciones tan redondas como ‘Tú no eres activista’, ‘No tengo wifi’, o ese gran anti-himno llamado ‘Gente de mierda’. Y ojo, que presentó un tema nuevo dedicado (con bastante mala uva) a Sexo en Nueva York, que bien podría ser el hit de los próximos meses.

Noche de viernes, público entregado desde el primer minuto, una banda con una gran colección de canciones encima del escenario…nada podía salir mal en la presentación de “Parte Primera”, el nuevo Ep de El Último Vecino, pero no fue una velada del todo redonda. Quizá, el verse ante una sala tan llena y tan entregada – “cinco años intentándolo y por fin lo hemos conseguido” proclamaba visiblemente nervioso Gerard Alegre-, les paso una mala jugada, pero la verdad es que fueron de más a menos. Empezaron a lo grande, con una ‘Antes de conocerme’ potente, que metió de lleno en el concierto a todos los presentes. Y es que, no solo es uno de sus mejores temas, también es uno de esos cortes infalibles para dar comienzo a un concierto. A partir de ahí, fueron desgranando a toda leche, y casi sin paradas, buena parte de su discografía. Además, con bastante soltura encima del escenario. Porque, si algo hemos dicho siempre de ellos, es que tiene un buen directo. Así que, los mejores momentos, llegaron con las que son sus mejores canciones. Temas como ‘La noche interminable’, ‘Una especie de costumbre’ o la bailonga ‘Mi amiga salvaje’, representaron bastante bien la parte más potente de “Voces”, su anterior trabajo. Sin embargo, ‘Mi escriba’, que forma parte de su lado más reposado, y que es un temazo en toda regla, no llegó a emocionar como sí lo hace en disco. Algo que sí consiguieron ‘Un sueño terrible’ y ‘Antes siempre esperaba’, dos de los mejores cortes de álbum de debut.

A pesar de ser la presentación de su nuevo Ep, solo cayeron las dos canciones que han servido como single, y la verdad es que, tanto como ‘Un secreto mal guardado’, como ‘Dónde estás ahora’, contaron con el mismo recibimiento que algunas de sus canciones más conocidas. Aunque nada como su versión de La Zowi. ‘Mi chulo’ es una canción fusiona perfectamente su mundo synth-pop oscuro y triste, con el trap, género que cuenta con una buena cantidad de seguidores entre la gente de veintitantos, que eran la mayoría esa noche en el Ochoymedio. Pero, una vez más, el gran momento de éxtasis llegó con ‘Tu casa nueva’, el que es su mayor éxito, y que siempre funciona a la perfección en directo.

El Último Vecino no dieron un mal concierto, pero sí nos quedamos con la sensación de que podría haber sido una noche perfecta en lugar de una noche correcta, que es lo que fue.