Una de las cosas que menos perdonamos a los grupos es la repetición. Tirar de la fórmula que te ha llevado al éxito -de crítica o público, da igual- no está muy bien visto. Pero, como siempre, hay excepciones, y The War On Drugs están entre ellas. Su fusión del rock de los ochenta, con teclados atmosféricos y unas cuantas dosis de épica, sigue funcionado a la perfección en “A Deeeper Understanding”, su flamante nuevo álbum. Así que no es cuestión de tirar por la borda un sonido que gusta tanto, a ellos mismo, como a sus seguidores.

No hace falta mucho para meterse de lleno en el nuevo trabajo de la banda de Filadelfia. Han hecho un disco fácil, en el que su sonido, tan familiar ya para muchos, te va guiando durante la hora larga que dura. Lo han dejado todo en manos de las canciones, y han acertado de pleno. Y es que Adam Granduciel, líder absoluto del grupo, está en un estado de forma increíble. Ya no solo con el sonido de la banda, el cual lleva obsesivamente, también a la hora de componer.

Lo nuevo de The War on Drugs se abre con ‘Up All Night’, la que se podría calificar como su canción más electrónica hasta la fecha. El protagonismo de las cajas de ritmos y de los bajos sintetizados es más que evidente, y abre una vía realmente interesante para proyectos futuros. Además, el intenso punteo de guitarra en la parte central, hace que no nos resulte muy chocante este sonido tan sintético. Algo que, por otra parte, no es nada nuevo. Las cajas de ritmos han sido una constante en su carrera, y aquí aparecen de nuevo en la maravillosa ‘In Chains’, una emocionante canción, en la que, una vez más, Springsteen vuelve a ser una referencia. Y es que, la faceta más ochentera del de New Jersey, se ha convertido su mejor aliada. Es la que les ha dado un hit tan evidente y sobresaliente como ‘Holding On’, o con la que consiguen una canción tan directa como ‘Nothing To Find’ (imposible resistirse a su teclado final). Pero, cuidado, que lo suyo va más allá de una mera copia, y aportan mucho más de lo que toman prestado. Solo hay que escuchar el ritmo acelerado, casi kraut, que tiene este último tema, o los paisajes densos de teclados que suelen adornar sus canciones.

Las baladas son otro de sus puntos fuertes, y aquí hay dos que prácticamente superan a todas las que han sacado hasta ahora. Se trata de ‘Pain’ y ‘Strangest Thing’, dos temas diferentes, que consiguen el mismo propósito: emocionar. En la primera lo hacen con un poco de más ritmo y preciosismo, logrando que su simpleza se convierta en pura belleza. Pero es en la segunda donde logran dar con uno de esos temas que se convierten en un clásico con la primera escucha. ‘Strangest Thing’ es brillante, emotiva, melancólica, pone los pelos como escarpias…un pedazo de baladón al que es imposible ponerle un pero. Ni siquiera su larga duración, de la que casi no te das cuenta. Y todo gracias a un simple punteo de guitarra, el gran protagonista, que, junto a los ya conocidos teclados, y a una parte orquestal, llevan a la canción a un nivel al que muy pocos pueden llegar.

No cabe duda: The War On Drugs lo han vuelto hacer, y ya van unas cuantas.