The Lemon Twigs se han dejado de tonterías y han titulado su tercer trabajo ‘Songs For General Public’. Un nombre con el que no dejan lugar a dudas de lo que nos encontramos dentro. Porque, sin dejar de lado de sus adorados años setenta, los hermanos D’Addario han creado una colección de canciones que es apta para todos los públicos. Temas resplandecientes en los que priman las melodías y los estribillos que se pegan a la primera escucha. Además, para no salirse de esa década, les ha quedado un disco un tanto ecléctico. 

Glam, rock un poco más contundente, pop luminoso, y hasta música cercana al mundo de los musicales. Todo eso se puede encontrar en este trabajo. Y lo mejor es que están acertados en prácticamente todas sus facetas. Ahí está esa inicial “Hell on Whells”, que nos recuerda a los mejores artistas del glam-rock. Algo que también ocurre con las notables “Fight” o “Leather Together”. Pero eso sí, cuando hablamos de rock setentero, el corte que se lleva la palma es “The One”. El que fuera el primer single del disco, resulta imbatible como tema de presentación, y es casi imposible no rendirse ante ese efusivo y melódico estribillo. Una joya.

Que The Lemon Twigs hayan abrazado sin ningún tipo de pudor el pop, es una grandísima noticia. Solo hay que escuchar “Live in Favor of Tomorrow”, todo un ejercicio de efervescencia pop, con el que es imposible no acordarse de ABBA. Una referencia que también se puede aplicar a “No One Holds You (Closer Than The One You Haven’t Met)”, un tema un tanto más juguetón, que cuenta con unos coros que no pueden recordar más al mítico grupo sueco. Pero es que van mucho más allá, dejándonos una “Only a Fool” en la que se ponen a tope con el falsete, y la sorprendente y teatral “Why Do Lovers Own Each Other?”. Pero, quizá, la mayor sorpresa venga con “Hog”. Y no porque se hayan salido de su zona de confort, sino porque recuerda bastante a los Suede más melancólicos. Es que, de hecho, hay momentos en los que parece que es Brett Anderson el que está cantando. Y ojo, porque aciertan de pleno yéndose hacia ese lado más british. Aunque bueno, lo raro es que no acierten en algo.