7.9Score
Final Verdict
The Dream Syndicate entregan una de sus mejores colecciones de canciones en ‘Ultraviolet Battle Hymns and True Confessions’, un disco en el que su indie-rock atemporal y ecléctico sigue funcionando de maravilla.
Tengo claro que, si no hubieran parado su carrera a finales de los ochenta, The Dream Syndicate podrían haber tenido un éxito similar al de una banda como Yo La Tengo. El grupo de Steve Wynn decidió dejarlo cuando todo lo “alternativo” se empezaba a poner de moda, y esa música que empezaron a hacer porque nadie más la hacía, estaba a punto de convertirse en algo mucho más grande. Pero claro, no estando presentes en los noventa, su leyenda no termino de despegar. Y es una pena, porque no solo editaron grandes discos en los ochenta –‘The Days of Wine and Roses’ y ‘Out of The Grey’ son dos joyas de lo que hoy entendemos como indie-rock-, también han venido demostrando recientemente que no han perdido el talento en todos estos años. Y su nuevo disco es una buena prueba de ello.
Los discos de The Dream Syndicate siempre han tenido unas cuantas caras muy diferentes, y este ‘Ultraviolet Battle Hymns and True Confessions’ no es ninguna excepción. Sí es cierto que predomina el pop de guitarras algo densas y con sabor a otra época. De hecho, ahí es donde juegan sus mejores cartas, y donde nos entregan canciones como “Where I’ll Stand” o “The Chronicles of You”, que son estupendas. Además de esa joya melódica llamada “Every Time You Come Around”. Un tema del que comentan que «tenía una sensación de arrogancia y fragilidad en las letras que Jason tuvo el buen sentido de borrar por completo con un tsunami de guitarra fuzz». Y hay que decir que han acertado de pleno.
Dentro de su mundo sonoro también son capaces de olvidarse de las guitarras más densas y dejar que la música de otras décadas entre en sus canciones. Es el caso de “Damian”, que cuenta con un cierto aire a ese rock algo soul que tanto éxito tuvo en los setenta. O esa delicada “Hard To Say Goodbye” que coronan con una trompeta, y que está inspirada en uno los solitarios paseos matutinos de Steve Wynn por el barrio de Queens. Pero, como ya he dicho antes, se van hacia caminos muy diferentes a lo largo del álbum. Así, nos encontramos con una intensa y algo oscura “Beyond Control”; un arrebato post-punk llamado “Trying to Get Over”, o un cruce entre la psicodelia y el punk a lo The Modern Lovers llamado “Straight Lines”. Y lo mejor es que todo les sale bien.