El mundo de la música es muy injusto, y muchas veces nos encontramos con artistas o bandas que merecen mucho más éxito del que tienen. Es el caso del dúo neoyorquino The Ballet, que cuenta con el beneplácito de la crítica, pero que no consigue despegar comercialmente. Y eso que, su anterior trabajo, se ha convertido en uno de esos discos de culto para todo fan del indie-pop que se precie. Pero claro, ya han pasado seis años de eso, y muchos de los que en 2013 les adoraron, ya no se acuerdan de ellos. Afortunadamente, están de vuelta, y no han perdido ni un ápice de su talento para crear preciosas canciones de pop.

Las letras de The Ballet hablan son abiertamente gais, y hablan sin tapujos de los temas que les interesan. Así, en este quinto trabajo, nos volvemos a encontrar con canciones que cuentan historias de cruising y del mundo gay de su ciudad. Pero claro, todo esto ha cambiado en seis años, y ahora nos hablan del coñazo que es ligar en las Apps de este tipo, donde casi te hacen un examen antes de quedar (‘Looking’), o la necesidad de escapar a otro sitio (‘Jersey’). Todo ello regado con dulces melodías synth-pop y alguna guitarra que otra. Sobre todo en el tema final, donde no pueden resistirse al ruido.

The Ballet siempre han contado con bastante sentido del humor, y este “Matchy Matchy” no es ninguna excepción. Por eso, no nos sorprende que hagan todo un hit de una de canción que habla de un chico que dice que es activo (sexualmente), pero nadie le cree (‘But I’m a Top’). O que nos muestren las inseguridades que se tienen al entrar por primera vez en un bar gay (‘First Time in a Gay Bar’). Pero no todo es ironía, también tienes su corazoncito y hacen canciones de amor. Ahí está esa sincera declaración de amor llamada ‘Your Boyfriend’ (“I don’t wanna read your poetry / i don’t wanna see you student films…i just wanna be your boyfriend”). Aunque claro, también saben lo que es una relación toxica, y lo cuentan muy bien en ‘Love Letter’ y en la vengativa ‘Cry Baby’. Eso sí, la joya de la corona es ‘20’, en la que todo parece indicar que habla de un encuentro sexual con un absoluto desconocido. El caso es que es un precioso, e irresistible, corte de synth-pop, por el que muchos matarían. Entre ellos sus adorados Magnetic Fields.