7.6Score
Final Verdict
En ‘Pollen’, Tennis siguen metidos de lleno en un pop sofisticado que, la verdad, les sienta muy bien. Además, en él, suenan mejor que nunca.
Entre el primer trabajo de Tennis y el último tan solo han pasado doce años, pero casi parecen dos bandas distintas. Y es que, poco a poco, el matrimonio formado por Alaina Moore y Patrick Riley ha ido puliendo su música hasta convertirse en uno de los grupos actuales que mejor sonido se saca. Ya no queda ni rastro de ese mundo lo-fi que inundaba sus primeras canciones, ahora se preocupan porque todo suene a la perfección y lo más limpio posible. Además, han dado más protagonismo a la voz de Moore, que ahora siempre está en un primer plano. Quizá, por eso, más de una década después de su formación, sus discos siguen funcionando.
‘Pollen’ llega después de ‘Swimmer’, un trabajo marcado por la pérdida de un ser querido -el padre de Riley-, y por la preocupación por la salud de la propia Moore, que empezó a sufrir desmayos. Además, se publicó un mes antes del inicio de la pandemia, por lo que apenas pudieron presentarlo en directo. Así que para este disco han preferido recuperar dos de sus temas preferidos: su historia de amor y el disfrutar de los buenos momentos que te da la vida. Y quizá, por eso, suena más vivo que su predecesor. Algo que resulta evidente en un tema como “Let’s Make a Mistake Tonight”, donde su pop se pasa sin pudor a mundos más sintéticos. O en esa “Never Been Wrong” en la que las guitarras se ensucian más de lo habitual para llevar la canción a mundos más épicos.
Evidentemente, Tennis siguen siendo una banda que disfruta con eso medios tiempos que tanto beben del soft-rock de los setenta. Todo un acierto, porque es algo que les sigue saliendo de maravilla. Solo hay que escuchar “Forbidden Doors”, el delicioso y elegante tema que abre el disco. O esa “One Night with The Valet” en la que no necesitan ni dos minutos para meternos en un mundo algo denso y psicodélico. Además de una “Paper” que parece sacada un álbum de los setenta pre-disco. Aunque, si hablamos de este sonido más sofisticado, hay que mencionar “Gibraltar”, un tema en el que consiguen darle algo más de vida a esa faceta de su carrera.
Otro de lo aciertos de este nuevo disco de Tennis es un uso más habitual de las guitarras distorsionadas. Algo que se aprecia muy bien en un par de temas. El primero es “Glorietta”, un corte que prácticamente podríamos calificar de indie-rock. Sobre todo, en su parte final. Aunque, como siempre, lo hacen lado muy melódico y pop. Y el segundo es “Pillow For a Cloud”, que cierra el álbum llevando a su soft-rock a un sonido que se acerca bastante al dream-pop. De hecho, es un tema que no desentonaría en un disco de Beach House. Y hay que decir que les sienta muy bien.
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