Que artefacto tan curioso y extraño es este librito que nos trae la editorial Lumen. Tejiendo Sueños es una breve y ensoñadora obra nacida en un momento personal muy particular en la vida de la multifacética artista e icono del rock Patti Smith, tan inclasificable como indisociable de la singularidad de su autora. Vayamos por partes.

Quiénes esperen la continuación de las celebradas memorias Éramos unos Niños, publicadas también por Lumen en 2010, van a llevarse una profunda decepción. De hecho, no tienen absolutamente nada que ver —excepto su autoría, claro— y, aunque técnicamente podemos decir que Patti Smith vuelve a bucear en su propia historia, estamos más cerca del arte de la fabulación, el realismo mágico y la poesía que de la autobiografía.

Tejiendo Sueños es un compendio de relatos muy particulares, en los que Smith echa la vista atrás a dos momentos en su vida digamos “real”: su infancia, entre los 8 y 11 años, en Nueva Jersey, y mediados de los setenta en Nueva York. A estos períodos inconexos entre sí se añade el prólogo, expresamente incorporado para esta revisada y ampliada edición española —el original Woolgathering data de 1992— y escrito curiosamente en Barcelona en 2011, en los que la artista confiesa que esta obra surgió en una etapa compleja, letárgica y apesadumbrada para ella. Y no es que la obra sea triste, pero desprende una melancolía casi infinita.

Esa melancolía es sin duda nostalgia, y unida al romanticismo deudor de sus idolatrados poetas franceses —la sombra de Rimbaud y Baudelaire es alargada— configura un mundo tan singular y onírico que a buen seguro no dejará a ningún lector indiferente.

Personalmente, echo de menos una mayor solidez en el hilo conductor de estas historias, pero es fácil comprender que precisamente ese amor por las palabras, por aventurarse en la fantasía y construir mitos —principalmente el suyo— a otros lectores les resultará fascinante. Bienvenidos a la Arcadia de Patti Smith, donde las nubes parecen comestibles, los cielos son estados de ánimos y la hierba crepita manifestando su vida. Un territorio donde la existencia anhela detenerse para ser disfrutada como se merece y el estar ocioso y en armonía con la naturaleza es un derecho a reivindicar —Thoureau en el horizonte—. Un universo propio en menos de un centenar de páginas.

En definitiva en Tejiendo Sueños, Patti Smith se revela como una cuentacuentos, en el sentido más mágico, infantil de la palabra. De hecho la propia Smith declaró que “no hubo invento alguno, que no fue su intención escribir una historia al modo de un cuento de hadas, pero que su infancia fue así”. Una magia que parte de anécdotas cotidianas y que, preferencias personales aparte, muestra a una artista poseedora de una imaginación desbordante.