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La crónica francesa
Cine/TV

La crónica francesa 

Cada fotograma de La Crónica francesa se podría imprimir, enmarcar y colgar de la pared. La película de Wes Anderson es la culminación de su estilo visual, de esa bonita forma de hacer de cada plano una viñeta de un cómic de línea clara. La planificación de Anderson siempre me ha parecido similar a ver cajas de muñecas y creo que nunca antes había llegado tan lejos jugando con los colores, el vestuario, los decorados y la fotografía para crear pequeños universos.

Cine/TV

Isla de perros – El señor de las pulgas 

Siempre he temido que Wes Anderson acabe por convertirse en un director ‘cupcake’, en el que una empalagosa estética domine su vocación narrativa. No digo que este sea el caso de la, muy bonita, Isla de perros, pero sí me atrevo a afirmar que en ella la tendencia esteticista predomina sobre lo contado.

Libros

Cómo comportarse en la multitud, Camille Bordas (Malpaso, 2017) 

Siempre me ocurre lo mismo. Si un libro hace referencia o es comparado a Salinger, aunque sepa que en el 99,9% de los casos, se trate simplemente de una pérfida estrategia de marketing, acabo cayendo. Lo bueno es que, en ocasiones, aunque la similitud con el misántropo más legendario de Manhattan sea cuestionable, funciona como excusa para descubrir obras más que apetecibles. Es el caso de este Cómo comportarse en la multitud, de la escritora francesa Camille Bordas, que nos traen los amigos de Malpaso. En el que además,y ni que sea cierto por una vez, la sombra de los Glass es innegable…

Cine/TV

Yo, el y Raquel (Alfonso Gomez-Rejon, 2015) 

Hay una web sobre cine que suelo leer que se llama Birth Movies Death. Nacer. Películas. Morir. Esas tres palabras podrían resumir el sentido de mi vida. Yo, él y Raquel, el título de esta cinta que no te debes perder, utiliza una sílaba más para expresar el mismo concepto. El original, Me, Earl and the Dying Girl incluye alguna palabra más, pero se acerca incluso más a la idea. Vivir a través del cine. Morir con él. Eso es lo que hace Gregg (Thomas Mann), el personaje al que se refiere el «yo» del título. Se trata de un chaval al que no me puedo sentir más cercano. Tímido y feo, nunca ha conseguido encajar. Por eso se ha esmerado toda su vida en no molestar. En estar bien con todos sin acercarse demasiado a nadie. Su único amigo, con el que no tiene nada en común, es más bien un compañero de «trabajo». Gregg y Earl (RJ Cyler) se dedican a hacer películas-homenaje.