Del 4 al 7 de agosto tendrá de nuevo lugar en el bosque de Amsterdam ese disparate en forma de festival que por unos días recibirá a una fauna bastante peculiar y distinta a la habitual.
Tras anunciar la semana pasada el line up, los amantes de la electrónica siguen ojipláticos ante esta sobrenatural selección de artistas que año tras año se supera, reuniendo a los más variados selectores con la única misión de hacer temblar la tierra durante tres largos días. Este festival no se anda con rodeos, y salvo contadas excepciones como las de Ben Frost o London Modular Alliance, no atiende a propuestas puramente experimentales. Es simplemente una oda al baile, una vuelta a los orígenes en los que solo importaba seguir el ritmo del sonido y dejarse llevar.