Cuenta la biografía de Tor Miller que su pasión por la música se gestó en el asiento de pasajero de un coche, cuando su madre recién divorciada le trasladaba cada día desde su nuevo hogar en New Jersey hasta la escuela en Brooklyn, donde antes vivían. Esos trayectos estaban convenientemente aderezados por la música de los grandes trovadores de los 70, desde Elton John hasta Billy Joel o Bowie. A partir de ahí, el joven Miller se lanzó a cantar, componer y tocar el piano, emulando a los héroes de una generación que no era la suya.