Buenos conciertos, buen sonido, un lugar idílico…aun, con sus fallos, que también los tuvo, el Festival Tomavistas superó con nota la prueba de su edición más ambiciosa. Ni la impresionante tormenta que cayó que el viernes por la tarde, la cual hizo refugiarse a mucha gente en los restaurantes y bares cercanos, pudo con el ánimo y el festival. En el plano musical, hubo varios triunfadores, tanto foráneos como nacionales, donde se pudo comprobar el buen estado de forma de que presenta nuestra escena. Además de un pequeño tirón de orejas a esos festivales que siempre programan a los mismos grupos, porque bandas como Perro, Melange, Tulsa o La Bien Querida, demostraron que también pueden atraer a unos cuantos miles de personas.