Spotlight es la mejor película de 2015, al menos entre las nominadas al Oscar, y no puedo estar más de acuerdo. La cinta de Tom McCarthy ha tenido menos publicidad, es muy seria, pero es la obra más redonda en todos sus apartados: dirección, guión y sobre todo interpretación. En cuanto al mejor director, Alejandro González Iñárritu ha demostrado sin duda un gran dominio de su oficio con la cámara: la narrativa visual de El renacido es simplemente espectacular. Otra cosa es su contenido. Por eso la Academia de Hollywood ha preferido premiar -justamente- el guión de Spotlight por su impecable apuesta por la sugerencia, que consigue emocionar sin mostrar ni a un solo sacerdote descarriado. La gran apuesta se ha llevado el premio al mejor guión adaptado a pesar de las críticas por su «incomprensible» jerga económica. A veces el espectador peca de perezoso.