Hay tres nombres en París, Distrito 13 que creo que invitan a su visionado. El primero es el de su director, Jacques Audiard, autor detrás de títulos tan potentes como Un profeta (2009) o la reciente Los hermanos Sisters (2018), al que habría que seguir en cada estreno. El siguiente nombre es Adrian Tomine, imprescindible autor de cómics, californiano de ascendencia japonesa, en cuya obra ha sabido retratar con sensibilidad la soledad de la vida urbana, y cuyos relatos -entre ellos, Rubia de verano- sirven de base para esta película.