Personalmente, nunca he estado realmente satisfecho con casi nada de lo que se ha hecho con Star Wars más allá de la trilogía original estrenada entre 1977 y 1983. La principal razón, claro, es subjetiva: no me interesan las precuelas. Tras ver El retorno del Jedi, de niño, soñaba con una continuación de las aventuras de Luke Skywalker (Mark Hamill), pero George Lucas prefirió mostrarnos lo que había pasado antes: la caída en el lado oscuro de Darth Vader, las guerras clon y la desaparición de la orden de los Jedi.