Una canción y un vídeo casero bastaron para disparar a Flo Morrissey a la categoría de futuro hype a través de las redes. El hipnotizante devaneo de la composición en cuestión (Pages of gold), así como el ejercicio de natación vocal entre reverbs, y una imagen de neo-hippie entre inocente y seductora unieron los cables adecuados en la cabeza de los cool hunters musicales para anunciarnos la llegada de una nueva Lana Del Rey (como si la “vieja” ya fuese necesitando sustituta).