Cuando ya casi habíamos llegado a las dos horas de concierto, Nick Lowe se volvió a quedar solo en el escenario, únicamente con su guitarra, y nos dijo: “sé que no es una canción de Navidad, pero es una canción preciosa que le gusta a todo el mundo”. Y empezó a cantar Alison (el clásico de Elvis Costello era, de alguna manera, un favor devuelto por (What’s So Funny ‘Bout) Peace, Love, and Understanding, el temazo que Lowe regaló a Costello hallá por 1978). El público, que estaba entregado desde el primer minuto de la noche, no pudo evitar cantarla, emocionado, con él. Fue el broche de oro a una velada inolvidable.