No hay ninguna duda de que Clark ha facturado uno de los álbumes de 2014 en materia electrónica. Este homónimo largo es un paseo a través de trece canciones que ratifican su predilección por universos futuristas pero desde un prisma más technócrata, logrando facturar su obra más redonda que no baja del notable alto en los 47 minutos de duración.