Andy Burrows aprendió lo que significa ser estrella del pop durante su tiempo como baterista de Razorlight. Tras abandonarles en 2009, mantuvo su estatus en el show Business, tanto en colaboraciones con otras formaciones consolidadas, como en una inesperada carrera en solitario que le reveló como resultón cantautor con una gran intuición melódica. A pesar de este constante idilio con el éxito, Burrows no ha sido ajeno a la infelicidad y a las inseguridades. Así es como acabó refugiándose en Razones para seguir viviendo, un texto que el novelista Matt Haig escribió a modo de desahogo psicológico. El libro, que es ya todo un referente en el mundo de la autoayuda, dio a Burrows argumentos suficientes para redirigir sus angustias hacia cierta luminosidad. Fue cuestión de tiempo que se animase a contactar a Haig a través de Twitter para iniciar una amistosa relación que ahora se ha tornado en relación creativa.