Tras varios meses en Praga ya tocaba darle la oportunidad a uno de los clubes más míticos de la ciudad del Moldava. Roxy, un bello y reformado teatro en pleno centro de la urbe es el lugar de peregrinación de checos y turistas ávidos de música electrónica o de los más variados conciertos. Por lo tanto, no sorprende que varias semanas antes del evento se cuelgue el cartel de sold out, incluso con dj´s que en otras capitales europeas no provocan tanta movilización. Por poner un ejemplo, con Solomun estuvo todo vendido casi tres meses antes de su venida.