Lo tenía complicado Damien Chazelle tras el éxito de Whiplash (2014) y La La Land (2017), estupendas cintas, muy relacionadas con el mundo de la música y que obtuvieron varias nominaciones para los codiciados premios Oscar. De hecho, el éxito de La La Land ha sido tal que se puede hablar de una nutrida legión de haters -muchos de ellos deseosos de reafirmarse yendo siempre a la contra- que deben estar a la espera de certificar que Chazelle no merecía tantos halagos. Creo que First Man confirma que sí los merece. Porque a pesar de que el musical protagonizado por Emma Stone y Ryan Gosling tiene fama de cursi, junto a Whiplash forma un díptico sobre el lado amargo de los sueños.