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Jurassic World Dominion
Cine/TV

Jurassic World: Dominion 

Conviene recordar que el esquema argumental básico en el que un grupo de aventureros encuentra una jungla en la que perviven animales prehistóricos, para luego llevar a la civilización a uno de esos especímenes extintos, se remonta nada menos que a 1912, en la obra de Sir Arthur Conan Doyle, El mundo perdido.

Cine/TV

Jurassic World: el reíno caído – un dinosaurio viene a verme 

Juan Antonio Bayona aprueba de forma sobresaliente el test que significa hacerse cargo de una superproducción al más alto nivel: la segunda entrega de Jurassic World es un gran entretenimiento que, por si fuera poco, deja algunas imágenes que al menos hacen pensar que detrás de un producto tan aparatoso, se esconde una mínima sensibilidad artística. Cuando hay dinosaurios en pantalla, la película es una fiesta: aventura, acción y emoción. Sin embargo, cuando son los personajes humanos los que ocupan el plano, el film resulta francamente torpe. Con la premisa más endeble de toda la saga, el guión reincide en la estructura de set pieces de las otras películas de la franquicia -como si nos fuéramos subiendo sucesivamente a las atracciones de un parque temático- solo que esta vez el hilo argumental prácticamente no existe. Los amigos de lo verosímil y de buscar agujeros de guión van a pasar un mal rato, a menos que se dejen llevar por el frenesí y por la mayor carga de humor que haya tenido cualquier película de Parque Jurásico: mencionemos la escena en la que Owen (Chris Pratt) intenta escapar de la lava; el T-Rex dormido en un contenedor; y sobre todo al personaje cobarde de Justice Smith.

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Black Mirror: cuando el futuro se parece demasiado al presente 

Cuando Black Mirror apareció en nuestras vidas -en 2011- lo hizo con un impacto considerable: nos pilló por sorpresa su atrevimiento, su voluntad transgresora y su incómodo retrato de un futuro que se parece demasiado a nuestro presente. Ahora se estrena una muy esperada tercera temporada en Netflix, que mantiene la calidad, pero que pierde frescura. El creador -y guionista de cada capítulo- Charlie Brooker, sigue preocupado por cómo la tecnología, sobre todo las redes sociales, modifican nuestra forma de ver la vida. El que cada episodio cuente una historia diferente de ciencia ficción seria, y la voluntad moralizante convierten a Black Mirror en aspirante a heredera de la más grande de todas las series de antología, The Twilight Zone (1959-1964). El tiempo dirá si merece el título.