Tully resulta asombrosa en su simplicidad y en su conocimiento íntimo de las frustraciones y los anhelos de la madurez. El planteamiento es simple: las dificultades de una madre para sacar adelante a tres hijos, una de ellos, recién nacida. No hay más. Conocemos esta historia: la hemos visto miles de veces -recientemente en Mira lo que has hecho-. Algunos, incluso, la hemos vivido. Dormir poco, cambiar pañales, la lactancia, el llanto continuo. Todo esto se refleja en la típica secuencia de montaje que repite planos, momentos -un despertador que suena- para expresar una rutina diaria (infernal).