Ha querido la casualidad que Identidad borrada se estrene en España cuando se vive con indignación la noticia de la terapia para gays que organiza el arzobispado de Alcalá de Henares. La película narra la historia, real, de Garrard Conley, cuyos padres, profundamente religiosos, decidieron someterle a un programa para homosexuales, experiencia plasmada en sus memorias, Boy Erased.