A mediados de los años 70, Steven Spielberg y George Lucas cambiaron el cine. Tiburón (1975) y Star Wars (1977) eran esencialmente conceptos de ‘serie B’: un escualo gigantesco asesino y una aventura espacial de espadas y princesas. Pero Spielberg y Lucas se tomaban muy en serio estas ideas y las desarrollaban con presupuestos que hacían posible que fueran verosímiles. Nacía así el blockbuster moderno que, gracias a inversiones cada vez mayores y al avance de los efectos especiales, ha hecho realidad proyectos imposibles como El señor de los anillos (2001) o el cine de superhéroes, Vengadores: Infnity War (2018).