Cuenta Tom Krell que en su anterior trabajo como How to Dress Well (Care, 2016) intentó acercarse al pop y al R&B por intentar ver cuánto podía lucrarse con sus habilidades creadoras y, también, casi que como una reacción de desafío a la cantidad de amigos que le rodeaban y que parecían estar obsesionados por bandas como Wilco. Lo que son las cosas, ahora que la escena musical que tanto escozor le producía parece retraerse, y que estamos dándonos de bruces con el debate sobre el trasfondo intelectual del perreo y del pop más lúdico, llega Krell y da un giro hacia lo solemne que casi podría valer como nueva respuesta opositora a la tendencia que festivales como el Primavera Sound intentan legitimar.