¿Y si el cine que ves fuera, en realidad, fan fiction? El término se refiere a obras -literarias o cinematográficas- realizadas por no profesionales, de forma independiente y no oficial, inspirándose en novelas, cómics, películas, series o videojuegos. Son trabajos de amor, llevados a cabo por fans que desean recrear elementos de los universos de ficción por los que sienten pasión. Peter Jackson, con tan solo 12 años, intentó recrear la mítica escena del Empire State de King Kong (1933) con una cámara súper 8. 32 años después, Jackson se permitía el lujo de hacer un remake del clásico con un presupuesto millonario. ¿Es la película de Jackson, de 2005, por tanto, fan fiction?. Cuando la Nouvelle Vague se rebeló contra el llamado cinéma de qualité en los años sesenta, la historia del cine cambió. Aquella rebelión de Godard, Truffaut y Rhomer -quienes, por cierto, eran cinéfilos y amantes de la literatura- era probablemente necesaria. A finales de los años setenta, en Hollywood, directores como Steven Spielberg y George Lucas cambiaron también la forma de entender el cine de entretenimiento. Dirigieron, escribieron y produjeron películas, crearon conceptos y formas de hacer, que todavía marcan la industria. Hoy, deberíamos tener delante a una generación que sustituya a Spielberg y a Lucas. Una nueva Nouvelle Vague. En su lugar, tenemos a Peter Jackson jugando con el tren eléctrico más caro del mundo. Tenemos a directores que han crecido con aquellas maravillosas películas de los años 80. Directores que son fans, que en lugar de romper con lo anterior, están abocados a continuar el legado de sus ídolos, utilizando para ello, además, el dinero de los grandes estudios.