Así, de entrada, no parecen haber motivos para que Marry Waterson y Emily Barker junten sus mentes y musas en un disco a dúo, más allá de que ambas tienen un largo historial colaborativo. La primera es una británica perteneciente a la realeza folk de las familias Waterson y Carthy (de hecho, su voz a veces recuerda estremecedoramente a la de su añorada madre, Lal), mientras que la segunda es una australiana con querencia por los sonidos de americana, country y soul.