El Roto lleva mucho tiempo siendo, con diferencia, lo mejor de El País. Y semejante afirmación no la hago para apuntarme al socorrido argumento de que el nivel del periodismo en España ha bajado en picado -a fin de cuentas, nunca olvidemos que los ERE siempre los imponen los empresarios, no los trabajadores-, sino porque bajo ese seudónimo Andrés Rábago ha hecho más por honrar esta noble profesión que cualquiera de los equipos directivos de las cabeceras que cada día encontramos en nuestros quioscos.