Con sinceridad, pensaba que este El faro de Dalatangi era una opción perfecta para llevarse al metro. Creía que la obra de Axel Torres que hoy nos trae Contra tenía todos los ingredientes de un libro «ligero». Porqué… ¿fútbol?, ¿fútbol islandés?, espera, espera, ¿sobre Guðjohnsen? ¿qué también es un volumen de viajes? ¿y con tantas imágenes majestuosas en su interior que uno duda si no es un fotolibro? Muy exigente no puede ser. Y no, claro, no hablamos de Proust. Pero detrás de este peculiar híbrido aventurero-balompédico-literario se esconden muchas más sorpresas y desgarros emocionales de los que uno podría esperar…