El tránsito de la adolescencia a la vida adulta es uno de los temas recurrentes de la ficción y del cine de terror en particular: recordemos la española Verónica (Paco Plaza, 2017). Thelma, candidata noruega para competir en los Oscar como película de habla no inglesa, nos habla de una joven (Eili Harboe), educada por estrictos padres cristianos, que sale al mundo exterior, a la ciudad, a la Universidad, y que por tanto se expone por primera vez a ideas diferentes sobre la ciencia, el sexo y el amor (lésbico). Pero Thelma no es una chica cualquiera. Hay algo de liberación -feminista- en el -terrorífico- descubrir del mundo de ella, tras una infancia que se adivina aislada y marcada por el fundamentalismo religioso.