Ya es tradición recibir cada Navidad una nueva entrega de Black Mirror. Su creador, Charlie Brooker, sigue fabricando pequeñas historias de ciencia ficción anticipatoria sobre los horrores que puede desencadenar la tecnología en nuestra sociedad. Brooker se mantiene siempre verosímil, apoyándose en tecnologías existentes y familiares a las que da un giro terrorífico. Creo que esta cuarta temporada en Netflix no decepciona. Paso a comentar sus seis episodios, clasificados del peor al mejor.