Seguro que conocéis de sobra a Brian De Palma, director de clásicos modernos como Carrie (1976) y Los intocables de Elliot Ness (1987). En la primera etapa de su carrera fue un desvergonzado explotador de Hitchcock, una inspiración que marcaba sus películas, en las que destacaba sobre todo una planificación virtuosa, pirotécnica, llamativa, que le convertía en un realizador capaz de componer en cada película alguna secuencia magistral y memorable.