Babylon
El gran tema de la filmografía de Damien Chazelle -ya sea Whiplash (2014), La La Land (2016) o First Man (2018) – es el precio de los sueños. Los protagonistas de sus películas sacrifican el amor y arriesgan la vida para cumplir metas imposibles que van desde la creación artística hasta llegar a la Luna.
First Man: odisea espacial
Lo tenía complicado Damien Chazelle tras el éxito de Whiplash (2014) y La La Land (2017), estupendas cintas, muy relacionadas con el mundo de la música y que obtuvieron varias nominaciones para los codiciados premios Oscar. De hecho, el éxito de La La Land ha sido tal que se puede hablar de una nutrida legión de haters -muchos de ellos deseosos de reafirmarse yendo siempre a la contra- que deben estar a la espera de certificar que Chazelle no merecía tantos halagos. Creo que First Man confirma que sí los merece. Porque a pesar de que el musical protagonizado por Emma Stone y Ryan Gosling tiene fama de cursi, junto a Whiplash forma un díptico sobre el lado amargo de los sueños.
Whiplash, Damien Chazelle (2014)
Estrenada en España en la pasada edición de la SEMINCI, donde fue galardonada con el premio al mejor nuevo director y ganadora de mejor película y premio del público en Sundance, «WHIPLASH» es una película que habla de la pasión, pasión por la música en concreto y que puede en ocasiones, llegar a niveles enfermizos.