Hay amores basados en el respeto.
Como el de una hija hacia su padre.
Otros crecen en torno a la incomunicación.
El de una decidida joven amarrada a un ente de inteligencia artificial, por ejemplo.
Cristina es enamoradiza. Su padre la convenció para recluirse en un búnker bajo el pretexto de un proyecto científico de aislamiento. Y el avanzado MAP se convirtió en su único consuelo.
Y La Seca-Espai Brossa de Barcelona delimita este triángulo enajenante hasta el 16 de febrero.