A poco que a Blur les da por reunirse, les da para ser estandarte musical de las olimpiadas de su país, y hasta del mismísimo Primavera Sound; Suede deciden dejar atrás sus últimos e insulsos discos –así como la narcoléptica carrera en solitario de Brett Anderson– para reivindicar su legado con un disco más que digno (Bloodsports, 2013); Pulp siguen llenando recintos y liderando festivales sin necesidad de ofrecer material nuevo; y aún nos entretenemos viendo las disputas a distancia de Noel y Liam, sabiendo perfectamente que el día menos pensado se volverán a sacar a Oasis de la manga.