A principios de los setenta, en el madrileño barrio de Chamartín, surgió lo que bautizaron como el sonido Costa Fleming. Aquella música, que se caracterizaba por su muy sensual toque soul y funk, era perfecta para aquellos años de salas de fiesta y destape. Todo esto le ha servido de inspiración a Francisco Nixon que, en su nueva colección de estupendas canciones, le da a aquel sonido un toque personal. Y no sólo está acertado en la parte musical del disco: además de dejar claro que es uno de los mejores compositores de este país, en cada canción nos cuenta una pequeña y entretenida historia.