En la magnífica Toy Story 3, Lee Unkrich proponía una reflexión sobre la muerte: esta es para los juguetes la madurez del niño que los posee, siendo la caja del mercadillo una especie de purgatorio y la guardería infantil algo muy parecido al infierno. Tras jubilar a Rayo McQueen en Cars 3, Pixar retoma el tema del paso del tiempo y la trascendencia del alma en Coco, una auténtica maravilla animada, que se atreve con el tema supuestamente menos infantil. Lo que no significa que los más pequeños no tengan, desde muy temprano, una poderosa curiosidad al respecto.