“Están aquí todos los pianistas de Madrid”, medio bromeaba alguien de entre el público. Considerando la cantidad de corrillos de gente del “gremio” saludándose y diciéndose cosas como “¿Tú también? Estamos todos” es muy posible que fuese cierto que una gran parte de los que tocan el piano de una  manera más o menos profesional en la capital estuviesen allí para rendir pleitesía a Brad Mehldau y su “famosa” mano izquierda.