Con la dulce resaca aun de Sónar nos disponemos a afrontar la conquista de la tierra de Rembrandt y Kluivert. Ambiciosa empresa, ya que cualquier campaña en extramuros está siempre repleta de contratiempos y dificultades. Pero por el botín que mostramos a continuación bien merece la pena arriesgar nuestras escasas posesiones.