No parece que Benjamin Francis Leftwich quiera hacer demasiado para quitarse la etiqueta del “Bon Iver británico” que le cuelga desde que apareció en la escena. Tras unos primeros trabajos que pulían un poco el subgénero de “música que podría haber sido gestada en una cabaña”, Leftwich parece haber continuado con el manual no oficial del proyecto de Justin Vernon y ha sofisticado enormemente su sonido, apoyándose con fuerza en la manipulación de sonidos orgánicos y en efectos de voz que, como no, incluyen el autotune/vocoder /Antares Harmony Evo, o similares.