Una campanita nos avisa de que empieza la visita. Estamos a punto de conocer un nuevo piso de cuatro habitaciones comunicadas por un sombrío pasillo que se irá alumbrando cada vez que entremos en alguna de sus dependencias. En cada una de ellas, listas para el espectáculo, vamos a convivir en grupos reducidos con varios actores. Compartiremos superpoderes. Los que ellos proyectan a través de sus ojos, sus manos y sus palabras. Y los que emanan de nuestra curiosidad, atrevimiento y sensibilidad. Creando quince minutos únicos unos y otros en los que construiremos un episodio escénico.