Si sois de los que aborrecéis las hipérboles, los superlativos, y las sentencias “más grandes que la vida”, mejor no sigáis leyendo. Queremos a Basia Bulat. Su música es honesta como pocas, su talento es abrumador, y además es encantadora, así que esta crónica de su última visita a la ciudad condal, en La [2] de Apolo, va a estar repleta de ellos. Avisados estáis.