Vivan los placeres culpables. Esa Paulaner de medio litro diez minutos después de haber salido del gimnasio. Fundirte media paga en ediciones raras de discos que tienes ya en tres versiones diferentes, incluída la clásica engañifa japonesa con no sé qué bonus track. Quizás desparramar un par de cientos de euros en unas zapatillas que son JUSTO ese color que ansías. O ver ‘Banshee‘. Puedes vivir sin las cuatro situaciones, pero qué coño, a veces el cuerpo te pide un homenaje sin pensar en las consecuencias.