Que alcanzar la felicidad es complicado lo sabe todo el mundo, pero si encima tenemos que enfrentarnos a situaciones externas adversas, puede parecer un anhelo imposible. ¿Cómo se puede ser feliz viviendo en una dictadura, en un país en guerra o en una época de derechos sociales limitados? Las buenas compañías sitúa a su protagonista, Bea (Alicia Falcó), en el País Vasco en 1977.