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Cine/TV

Aquaman – Todo incluido 

Fantástico pastiche, Aquaman es el blockbuster perfecto para las nuevas generaciones. Su nulo desarrollo dramático se compensa por la pura acumulación de ideas, situaciones y estéticas que se suceden sin descanso. James Wan se puede calificar como un Sam Raimi en versión comercial: tras cultivar el cine de terror –Saw (2004), Insidious (2010) y Expediente Warren (2013)- Wan hace una de superhéroes -como Raimi hizo Spider-Man (2002)- para asaltar definitivamente el cine de gran presupuesto -recordemos que ya firmó Fast and Furious 7 (2015). Y vaya si lo ha conseguido. Aquaman es un éxito que supera los logros de Wonder Woman (2017) y por supuesto deja mal parados a El hombre de acero (2013), Batman v. Superman (2016), Escuadrón Suicida (2016) y hasta la Liga de la Justicia (2017). De hecho, quizás consciente de esos fracasos y de que no estamos ante el superhéroe más carismático de DC -rescatado recientemente en los tebeos por el guionista Geoff Johns, que aparece acreditado en el film- Wan pone toda la carne en el asador y el pescado también.

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Batman v. Superman: El amanecer de la justicia (Zack Snyder 2016) 

Vaya por delante mi profunda devoción hacia dos personajes que en los tebeos me han acompañado desde niño. La expectación era grande, ver en una pantalla de cine por primera vez a los dos mayores héroes del comic book. Y la decepción ha sido pequeña. La película tiene cierto encanto, sí, pero como armatoste gigantesco. Lo mejor, la imagen de Ben Affleck embutido en el traje de Batman tiene una textura hiperrealista comparable a los dibujos del ilustrador Alex Ross. Lo peor, la incapacidad de Zack Snyder como narrador. Su sentido visual preciosista no tiene igual, pero brilla más en las adaptaciones del cómic que le han hecho famoso: darle vida a las estáticas viñetas parece ser su fuerte, antes que contar una historia.