En Psicosis (1960) el sádico de Alfred Hitchcock hizo que Norman Bates (Anthony Perkins) matase a su protagonista (Janet Leigh). La intención no era solo sorprender -como matar a Drew Barrymore en Scream (1996)- sino algo mucho peor: dejarnos sin un punto de vista narrativo con el que identificarnos como espectadores, obligándonos a ponernos en la piel del psicópata Bates.