En estos tiempos de crisis tan acogedora, parece que solo estamos a salvo si unimos esfuerzos. El arte, tan malacostumbrado hasta que aquella se lo quiso llevar, debe aparcar su individualismo. A cambio, obtendrá la posibilidad de explorar nuevas vías de expresión. También de recuperar aquellas que desde siempre funcionaron cuando de lo que se trata es de comunicarse con el espectador, que nunca se mantuvo al margen del proceso.