Todo el mundo sabe que mezclar deviene siempre en una resaca tremenda, pero en el cine puede ser una cosa buena. Agotados los géneros puros, la innovación está en la fusión. ¿Qué hace si no Tarantino? Desde los cócteles de monstruos clásicos de la Universal, pasando por Freddy contra Jason (2003), Alien vs. Predator (2004) y hasta Abraham Lincoln: cazador de vampiros (2012), el último ejemplo del pegote es Orgullo + Prejuicio + Zombis (2016). Pero hay mezclas más locas. Pasen y vean…