Resulta curioso comprobar cómo Shout Out Louds cuentan con una legión de seguidores que siempre llenan sus visitas a la capital. En su tercer concierto en una sala de Madrid, dentro del ciclo de conciertos SON Estrella Galicia, los suecos volvieron a contar con una gran asistencia de público que coreó y bailó todas y cada una de sus canciones. Los de Estocolmo ya tienen un buen número de hits para hacer un concierto de más de una hora, y eso es exactamente lo que hicieron. Aunque la excusa para la gira era presentar “Optica”, supieron combinar muy bien los nuevos temas con sus canciones más conocidas y, aunque tuvieron algún bache (siempre hay algún tema mal elegido), fue una hora y cuarto de lo más entretenida.

Empezaron con Sugar, el tema que abre su último trabajo. Aunque es un tanto soso, no está mal como primera toma de contacto. Además, enseguida echaron la vista atrás y nos colaron Fall Hard, una de las mejores canciones de su anterior trabajo. En este tema ya se vio que funciona mejor su faceta más rock y menos ochentera, esa que practicaban en su álbum de debut. Pero había que seguir con los cortes de “Optica”, y no había mejor elección que Walking In Your Footsteps, uno de sus últimos singles (curiosamente se dejaron los otros dos fuera del setlist) que, dicho sea de paso, es una de sus mejores canciones. Una bonita Your Parents Living Room y Normandie, fueron los primeros temas que cayeron de “Our Ill Wills”, su álbum más exitoso y, sin duda alguna, su cumbre creativa. De hecho, fue en Normandie donde se pudo ver la primera gran ovación de la noche. Pero como ya he dicho antes, es en su parte más rockera donde dejan ver lo mejor de sí mismos (por lo menos en directo), y un gran ejemplo de esto es The Comeback, la primera parada en su trabajo de debut. Aquí surgió el primer karaoke de la noche, con un público completamente metido en el concierto. Y es que los suecos son uno de esos grupos que se dejan querer. Sus continuas interacciones con el público, sus palabras de agradecimiento a los que acudieron al primer concierto que dieron en Madrid (se acordaron del de Moby Dick, pero no mencionaron el que dieron en la Heineken) o el típico rollo de “sois el mejor público del mundo”, siguen funcionando. Como también siguen funcionado sus temas puramente efectistas (abusan de la parada y posterior subida que da gusto) como Very Loud –fueron pocos los que no cantaron eso de “Little by Little”– o el más reciente 14h of July.

Si que hay elegir los mejores momentos del concierto, esos fueron Impossible y Tonight I Have To Leave It. La primera es quizá la mejor canción que han hecho nunca, y no abusan demasiado de los tics de sus otros éxitos. Sonó a gloria. La segunda es más evidente, ya que fue su mayor éxito, y no había nadie por allí que no la estuviera esperando. Además, Adam Olenius cantó gran parte de la canción entre las primeras filas de público e hizo de percusionista improvisado encima del escenario. Por supuesto, cerraron la primera parte del concierto con ella, y se fueron al camerino con otra ovación.

Para el bis eligieron dos temas perfectos como Walls y Please Please Please, dos canciones muy distintas que funcionaron muy bien. Tanto la épica de la primera, con ese estribillo que va creciendo y creciendo, como el pop coreable de la segunda dejaron muy buen sabor de boca. Si hubieran acabado aquí el concierto, estaríamos ante un show casi inmejorable, con buen sonido, buenas canciones y una cuidada escenografía, pero salieron a dar un segundo bis. Fue un bis innecesario, donde tocaron una lenta y aburrida Go Sadness, en la que hubo hasta una vergonzosa marea de mecheros entre el público. Yo me la hubiera ahorrado.

FOTOS: ADOLFO AÑINO